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 Jason Goepfert es presidente y CEO de Sundial Capital Research. Editor de SentimenTrader.com, una web de referencia internacional con suscriptores en más de 50 países.
Jason Goepfert / SentimenTrader

 

El S&P 500 y el Nasdaq 100 acaban de registrar una semana perfecta: cinco sesiones consecutivas al alza, sin un solo retroceso. Este tipo de comportamiento no es común, y cuando ocurre, suele ser una señal reveladora sobre el trasfondo del mercado.

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Históricamente, las semanas perfectas no se han dado en mercados bajistas. Aunque ningún patrón técnico garantiza resultados futuros, este fenómeno ha demostrado ser un buen indicador de fases alcistas, o al menos de estabilización tras periodos de corrección.

Desde un enfoque cuantitativo, los rendimientos posteriores a semanas perfectas han sido, por lo general, superiores al promedio. Especialmente cuando se trata de índices de gran capitalización como el Nasdaq 100, donde la concentración en valores tecnológicos aumenta la sensibilidad a los cambios de sentimiento.

Esta vez, lo interesante no es solo la racha alcista diaria, sino la intensidad del movimiento. No estamos hablando de avances marginales, sino de subidas robustas y sostenidas, lo que sugiere acumulación institucional y mayor convicción por parte de los grandes fondos.

En mercados bajistas auténticos, las semanas perfectas son casi imposibles. Las presiones de venta, el deterioro macroeconómico o los shocks de liquidez suelen interrumpir cualquier intento de avance sostenido. Por eso, cuando se produce una semana como la reciente, merece atención.

Ahora bien, esto no significa que estemos ante el inicio de un gran rally. Pero sí aporta evidencia de que el mercado está dejando atrás su fase más defensiva. En ciclos anteriores, semanas así han marcado el final de fases correctivas o el inicio de tramos alcistas de medio plazo.

Desde el punto de vista del análisis técnico, este comportamiento puede interpretarse como una señal de fortaleza interna, más allá del precio. El hecho de que la subida haya sido constante, sin días de toma de beneficios, revela un apetito renovado por el riesgo.

En el contexto macro, esta semana perfecta ha coincidido con una estabilización en los rendimientos de los bonos, cierta debilidad en el dólar y expectativas moderadas respecto a la política monetaria. Este conjunto de factores favorece a los activos de riesgo, como la renta variable tecnológica.

¿Y qué hay del impacto de las agencias de calificación? A menudo, cuando se produce una rebaja en la nota crediticia de un país o un índice, los inversores reaccionan con temor. Pero los estudios muestran que, en muchos casos, estas decisiones son indicadores rezagados y hasta contrarios, más útiles como oportunidades de entrada que como advertencia.

En resumen, las semanas perfectas no garantizan ganancias futuras, pero sí indican que algo ha cambiado. Y ese cambio suele estar asociado con fases de mayor estabilidad o con el inicio de un nuevo impulso alcista. Aun con cautela, el mensaje técnico que deja esta última semana es inequívocamente positivo.