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Lunes negro en Agosto

lunes negro

 

Si hubiera que destacar un evento en los mercados financieros en este pasado trimestre, este sería sin duda el lunes negro que vivimos el 5 de agosto. Porque ¿quién nos iba a decir que veríamos un movimiento de semejante magnitud en plenas vacaciones de verano? Para los que se perdieron este momento tan interesante en el mercado, aquí os dejo algunas cifras relevantes que sirven como testimonio de lo sucedido:

 

Todo se inició en la sesión asiática, con el índice Nikkei de la Bolsa japonesa dejándose más de un 12%. Se trata de su mayor caída histórica, superando tanto en puntos como en porcentaje a la sufrida en el crack de octubre de 1987.

 

• Esto obviamente se contagió a todos los índices bursátiles del resto del mundo. Así, el Nasdaq 100 tuvo su mayor apertura bajista en cuatro años. Los futuros sobre este índice llegaron a caer hasta un 6,5%. Los futuros sobre S&P 500 y Dow Jones se vieron algo menos afectados, aunque las caídas también llegaron a ser intensas (-3,0% y -1,6% respectivamente). En Europa, al cierre todos los mercados incluyendo el Ibex 35, registraban caídas superiores al 2%.

 

• Por su parte, el “índice del miedo”, el VIX llegó a marcar máximos de los últimos cuatro años, en torno a 66.

 

Paradójicamente, los mercados de bonos arrancaban el día con subidas pero al término de la sesión de ese día la mayoría terminaron planos o con ligeras pérdidas.

 

• El miedo se contagió a todos los activos de riesgo, incluyendo a las criptomonedas. Así, durante la sesión, se llegaron a ver caídas superiores al 10% en Bitcoin y en todas las altcoins.

 

Mientras tanto el dólar estadounidense se hundía frente al resto de divisas. Así, el US Dollar Index caía cerca del 1%, si bien la verdadera sangría se produce en el cambio del billete verde contra el yen, llegando a dejarse durante la sesión más de un 3%.

 

¿Por qué sucedió todo esto? Realmente podríamos decir que se debió a un cúmulo de factores que desataron la tormenta perfecta:

 

Miedo al final del carry trade. Una de las estrategias favoritas de los hedge funds en los últimos años ha sido la de financiarse pidiendo préstamos en yenes y convertirlos a dólares y otras divisas para invertir en activos de riesgo, tales como acciones o criptomonedas. Sin embargo, las dos subidas de tipos de interés realizadas este año por parte del Banco de Japón y el anuncio de una reducción en el ritmo de compra de bonos fueron suficientes para atemorizar al mercado. Debemos tener en cuenta además que el saldo vivo estimado de este tipo de operaciones podría ser de varios billones de dólares, por lo que deshacer todas las posiciones podría suponer un notable impacto en el mercado (de hecho la liquidación de parte de ellas.

 

¿Y si la Fed fuera por detrás? Otro factor que aumentó el miedo en los mercados fue el hecho de que hasta esa fecha la Fed no se acababa de comprometer públicamente a reducir tipos de interés en su reunión de septiembre, mientras que los datos macroeconómicos publicados hasta la fecha empezaban a alertar de una posible desaceleración que podría terminar en una recesión, si la Fed no actuaba
rápidamente. En caso de que eso sucediera, ello podría añadir además una mayor presión a las operaciones de carry trade por cuanto la Bolsa estadounidense ya no sería tan atractiva para invertir. El miedo era tan grande que incluso llegó a haber rumores de que la Fed iba a bajar tipos de urgencia ese mismo lunes.

 

Los 7 Magníficos, que ya no lo son tanto. Mientras que el rally de las Bolsas americanas de la primera mitad del año venía dirigido sobre todo por los denominados 7 Magníficos (Alphabet, Amazon, Apple, Meta, Microsoft, NVIDIA y Tesla), parece que en agosto los gestores de carteras han empezado a rotar posiciones y liquidar parte de sus posiciones en estos valores. Prueba de ello es que Warren Buffet había comunicado que cerraba la mitad de su posición en Apple el viernes anterior.

 

Tensiones geopolíticas en Oriente Medio. Tras el asesinato de Ismail Haniyeh, alto dirigente de Hamás en Teherán, se esperaban represalias desde Irán, con un ataque de cierta magnitud contra territorio israelí.

 

¿Qué pasó después? Pues realmente… ¡nada de nada! El vicegobernador del Banco de Japón, Shinichi Uchida, salió a la palestra dos días después para anunciar que el banco central “no subirá tipos de interés cuando los mercados financieros y de capitales estén inestables”, calmando a todos los operadores que hacían estrategias de carry trading (y eso que una semana antes habían dicho lo contrario). Por su parte, la Fed no entró en pánico y no bajó tipos de interés. Y del ataque de Irán contra Israel… sencillamente aún seguimos esperándolo. Todo ello provocó un fuerte rebote en todos los mercados,  deshaciendo prácticamente el movimiento de aquel fatídico 5 de agosto. Posiblemente, en este caso, encaje perfectamente la célebre frase del barón Rothschild: “Compre cuando haya sangre en las calles.”