Los mercados financieros siempre son interesantes en la era de la información, porque las narrativas cambian más rápido de lo que podemos asimilarlas. Hace dos años, todos estaban convencidos de que se avecinaba una recesión. Fue la recesión más anticipada de la historia… que nunca ocurrió.
Ahora, casi nadie cree en la posibilidad de una recesión. En su lugar, el miedo se ha trasladado a la formación de una burbuja especulativa. Hoy en día, usamos demasiado rápido la palabra “burbuja”. Existe un viejo chiste que dice que una burbuja es simplemente un mercado alcista en el que no participaste.
Howard Marks, en su reciente memo On Bubble Watch, define una burbuja no solo como un rápido incremento en los precios, sino como una manía temporal caracterizada por:
- Exuberancia irracional extrema.
- Adoración incondicional de ciertos activos, con la creencia de que “no pueden fallar”.
- Miedo masivo a quedarse fuera (FOMO).
- La convicción de que “no hay precio demasiado alto” para ciertos activos.
Según Marks, una burbuja es más un estado mental que una cuestión de números. De hecho, los valores no estaban tan inflados antes de la crisis financiera de 2008, pero fue claramente una burbuja de deuda.
Marks participó en el podcast Odd Lots y expresó su opinión: todavía no estamos en una burbuja. Según él, aunque los precios están altos, no hay señales de euforia como tal.
Esto es difícil de evaluar en el momento, pero concuerdo con Marks. Hemos visto un incremento en los precios, pero no podemos caracterizar el entorno actual como una burbuja descontrolada.
Uno de los factores que complica la evaluación es la explosión de la especulación en la sociedad. En los últimos años, hemos visto una oleada de apuestas en deportes, elecciones, criptomonedas, opciones financieras y hasta eventos climáticos. La popularidad de las apuestas combinadas (parlays), opciones de cero días y las memecoins han crecido exponencialmente.
Es comprensible que esto genere preocupación. Pero, ¿es realmente una señal de burbuja o simplemente un reflejo de una cultura más afianzada en el riesgo?
Aunque ahora no estamos en una burbuja, sí creo que se están sembrando las semillas para una en los próximos años. Con la desregulación en camino, el aumento del apetito por el riesgo y la revolución de la inteligencia artificial, podríamos ver niveles de valoración similares a los de la burbuja dot-com.
No ha habido una sola revolución tecnológica en la historia moderna que no haya llevado a una burbuja. ¿Será esta la excepción? Personalmente, no apostaría por ello.
Si la IA cumple con las expectativas, podríamos estar en la antesala de un boom tecnológico masivo que eventualmente derive en una burbuja. En ese escenario, la IA podría eclipsar tasas de interés, inflación, aranceles y cualquier otra preocupación tradicional de los inversores.
No puedo predecir el futuro, pero si algo nos dice la historia sobre la naturaleza humana es que no podemos evitarlo. La avaricia y la euforia siempre encuentran su camino.
