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Jay Kaeppel es analista cuantitativo colaborador habitual de los principales medios internacionales como CNBC, así como colaborador destacado en SentimenTrader.com y la revista Stocks and Commodities, una web de referencia internacional con suscriptores en más de 50 países.
Jay Kaeppel / Sentimentrader.com

 

Este indicador calcula el porcentaje de variables clave del mercado que actualmente se encuentran en modo “Risk On”, es decir, que reflejan apetito por el riesgo por parte de los inversores institucionales. Su reciente lectura elevada sugiere un cambio favorable en la actitud general del mercado.

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Este tipo de herramienta se utiliza habitualmente como un indicador de seguimiento de tendencia. No se basa en tratar de anticipar giros del mercado, sino en confirmar que el impulso ya está en marcha. En este contexto, lo más útil no es detectar el primer movimiento, sino reconocer cuándo un amplio conjunto de señales coincide en mostrar apetito por el riesgo.

Lo interesante del momento actual es que una variación de largo plazo de este indicador también ha confirmado la señal. Es decir, no solo hay señales de corto plazo mostrando fuerza, sino que las tendencias estructurales del mercado también han girado hacia un entorno de mayor confianza. Cuando ambos marcos temporales se alinean, las probabilidades históricas de subidas sostenidas en el mercado aumentan notablemente.

Según los datos históricos, este tipo de señales se ha asociado con fases prolongadas de comportamiento alcista. Aunque ningún indicador es infalible, lo que se ha observado con regularidad es que cuando un elevado porcentaje de subindicadores está en “Risk On”, los flujos de capital tienden a seguir empujando al alza, al menos durante varios meses.

Esto se debe a que el factor momentum es esencial en el comportamiento de los mercados. Una vez que los inversores comienzan a adoptar una actitud de búsqueda de rentabilidad, la inercia de las compras puede prolongarse. Muchos fondos que operan bajo sistemas cuantitativos y de tendencia siguen acumulando posiciones en activos que ya están subiendo, amplificando los movimientos.

Este indicador puede funcionar de manera útil en dos marcos: cuando está en aumento, y cuando se mantiene alto. Las lecturas crecientes indican que cada vez más variables del mercado confirman una actitud favorable, mientras que los niveles altos sostenidos muestran consolidación del optimismo. Ambos contextos han demostrado ser productivos para mantener exposición al riesgo.

Por otro lado, la señal también ayuda a filtrar entornos en los que conviene no arriesgar. Cuando el indicador cae bruscamente o se mantiene en niveles bajos, históricamente el mercado ha mostrado una mayor probabilidad de retrocesos, consolidaciones erráticas o rotación defensiva. Por eso, su utilidad es tanto táctica como estratégica.

La lectura actual del modelo de largo plazo se encuentra en uno de los tramos más altos del último año. Esto refleja un cambio importante en la dinámica de fondo del mercado. La liquidez, el posicionamiento institucional, el comportamiento sectorial y la amplitud están alineados en la misma dirección: mayor apetito por activos de riesgo, especialmente renta variable.

En conclusión, el cruce de señales positivas del indicador Risk On / Risk Off a corto y largo plazo sugiere un entorno favorable para mantener exposición a acciones. Este tipo de sincronización ha precedido históricamente fases de rentabilidad sólida en los principales índices bursátiles, especialmente cuando no hay señales de sobrecompra extrema o exceso de euforia.

Como enseñan los estudios cuantitativos, seguir el impulso del mercado —y no ir contra él— suele ser la estrategia más sensata en entornos como el actual. La clave está en reconocer cuándo los grandes participantes están dispuestos a asumir riesgo… y dejar que esa ola nos impulse en la misma dirección.