Dean Christians es un analista veterano especializado en la investigación de mercado y trading de Wall Street, con más de 25 años de experiencia. Sus análisis y señales de trading son de las más valoradas entre los profesionales del sector financiero.
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Movimientos similares en el pasado han coincidido con subidas del S&P 500 el 100% de las veces durante los seis meses siguientes. En todos los casos registrados, el índice mostró un rendimiento positivo tras un giro tan drástico del sentimiento. Y no se trata solo de subidas puntuales: muchos de esos episodios vinieron acompañados de retornos consistentes y sólidos durante el semestre posterior.

Este tipo de oscilación en el AIM no es habitual. Ver al modelo pasar de menos del 5% a más del 75% representa una recuperación histórica del optimismo en los mercados. El AIM recoge diferentes fuentes de sentimiento tanto del lado institucional como minorista, por lo que este cambio no es trivial: marca un punto de inflexión en cómo los participantes valoran el riesgo.

Lo más interesante es que este repunte en el sentimiento se produce en un contexto donde el S&P 500 cotiza cerca de sus máximos de cinco años. Es decir, no estamos hablando de un rebote desde mínimos, sino de un impulso emocional que aparece incluso en mercados aparentemente caros. Eso le da más fuerza estadística al patrón.

Los datos históricos recopilados por el equipo de análisis muestran que cuando el AIM rebota desde zonas de miedo extremo hacia lecturas elevadas, el mercado tiende a continuar al alza. En muchas ocasiones, incluso tras pequeñas consolidaciones técnicas, el impulso se reanuda con fuerza. La clave está en entender que el sentimiento es un motor poderoso, no un simple indicador contrarian.

Ahora bien, la estacionalidad sí nos recuerda que podríamos ver una consolidación a mediados de septiembre. Históricamente, el mes de septiembre —especialmente su segunda quincena— ha sido uno de los más débiles del año. Sin embargo, cuando esta debilidad ocurre dentro de un contexto de fuerte sentimiento creciente, suele representar una oportunidad para «comprar la caída».

El mensaje para traders e inversores es claro: si se produce una pausa o retroceso moderado en los próximos días o semanas, no es una señal de alarma sino una invitación a reentrar. Las condiciones técnicas y psicológicas están alineadas para favorecer una continuación alcista hacia finales de año.

Esto es aún más relevante si tenemos en cuenta el trasfondo macro: una Reserva Federal que ha frenado las subidas de tipos, menor presión inflacionaria y unas condiciones de liquidez que, aunque ajustadas, permiten rotaciones sectoriales en favor de activos de riesgo.

El modelo AIM ha demostrado ser una herramienta útil en ciclos anteriores, no como un indicador de entrada aislado, sino como parte de un conjunto de señales que reflejan cambios en la psicología del mercado. Hoy, esas señales apuntan en la misma dirección: los inversores están listos para asumir más riesgo, y eso suele traer consigo tramos alcistas significativos.

En resumen, el rally de sentimiento que muestra el modelo AIM no solo es potente, sino estadísticamente fiable. Si la historia sirve de guía, cualquier consolidación de corto plazo debería verse como una oportunidad táctica de entrada. Es momento de preparar la estrategia para comprar la caída.