Dicen que el mercado de valores anticipa el futuro.
También dicen que el mercado ha predicho nueve de las últimas cinco recesiones.
Entonces, ¿qué es cierto? ¿Es el mercado de valores un ente omnisciente? ¿O es tan torpe como cualquiera de nosotros cuando se trata de prever lo que viene?
La respuesta es: un poco de ambas cosas.
Chart Kid Matt mostró en su nuevo blog un gráfico muy ilustrativo que demuestra que el mercado tiende a tocar fondo antes que las ganancias en un mercado bajista:
En promedio, las acciones se adelantan a la recuperación de beneficios unos nueve meses.
Basta mirar las caídas de 2008 y 2020 para ver cómo se manifestó esto en la práctica:
El mercado giró al alza mucho antes de que los beneficios corporativos tocaran fondo. El mercado vio venir la recuperación antes incluso de que ocurriera.
Esta es una de las razones por las que puede ser tan difícil invertir en un mercado bajista. Las noticias siguen empeorando incluso cuando las acciones comienzan a subir de nuevo. Todos piensan que es un rebote pasajero porque las ganancias continúan cayendo.
Comprar durante un mercado bajista es, literalmente, un acto de fe.
Tienes que confiar en que el mercado sabe algo que los demás no.
Sin embargo, el mercado no es precisamente un Nostradamus cuando se trata de identificar el final de un mercado alcista.
El mercado y las ganancias tienden a alcanzar su punto máximo al mismo tiempo cuando termina un ciclo alcista.
Mira lo que pasó en los picos de 2007 y 2020:
Las acciones y las ganancias se mueven prácticamente en paralelo en los máximos. No hay muchas señales claras allí, ya que ambos comienzan a retroceder a la vez.
Por tanto, el mercado es mejor prediciendo los suelos que los techos.
Nadie es perfecto.
Y esto es precisamente lo que hace que invertir sea tan fascinante como difícil.
Invertir cuando las acciones están cayendo exige un salto de fe, porque debes asumir que el mercado percibe algo que los titulares aún no reflejan.
Y invertir cuando las acciones están subiendo también requiere fe, porque no tienes forma de saber cuándo te retirarán la alfombra bajo los pies sin previo aviso.
Esta es una de las razones por las que las acciones ofrecen una prima de riesgo frente a otras clases de activos.
Si invertir en bolsa fuera fácil, no obtendrías rendimientos altos a largo plazo.
Sin riesgo, no hay recompensa.