“La inversión debe tener una base racional. Si un negocio no se entiende, mejor evitarlo.” Warren Buffet
- Las materias primas, como su propio nombre indica, son las que utilizamos los humanos en nuestro día a día. Para el desayuno, consumimos café, cereales, azúcar…. ¿Cómo podemos rentabilizar nuestro dinero con ellas?
- Artículo publicado en Hispatrading Magazine.
Para la calefacción o el aire acondicionado de nuestras viviendas, consumimos gasóleo de calefacción y gas natural. Para ir a trabajar o de viaje con nuestro coche, consumimos gasolina y sus derivados. Para nuestras comidas consumimos carne (vaca y cerdo), trigo, maíz, aceite… La mayoría de materias primas cotizadas se encuentran presentes en nuestro día a día y su uso es algo que todos conocemos y entendemos. Es decir, tal como que dice Warren Bufett, es una inversión en algo que conocemos y podemos entender.
Lo bueno, desde nuestro punto de vista, es que no solo entendemos qué son las materias primas, sino que consideramos las materias primas como un activo muy diferente a las acciones. Esta diferencia radica básicamente en que una materia prima no puede quebrar, mientras que una empresa sí que lo puede hacer. Analizar la oferta y demanda de una materia prima, ver la producción y los consumos, puede ser más fácil básicamente porque hay menos tipos. Además, si conocemos los stocks que hay, estos no pueden desaparecer de un día a otro. Por el contrario, como hemos visto en muchos casos, sí hay empresas que han hecho desaparecer parte de su activo o, de repente, han aparecido deudas o circunstancias especiales de un día para otro que han hecho quebrarlas (Pescanova, Gowex, Popular, Abengoa…).
Comprar acciones no es una necesidad básica, mientras que comer, el trasporte o la calefacción sí que son necesidades básicas. La oferta y la demanda en las materias primas tiene un fundamento, y este fundamento hace que sean más trasparentes. Por supuesto, hay mucha especulación en las materias primas (mucha más de la necesaria y de la que nos gustaría), pero al final el mercado físico, es decir, el maíz, el trigo, la gasolina, que hay en los almacenes y la demanda del mismo es lo que, básicamente, marca los precios. Sí, por culpa la especulación vemos muchas veces que los movimientos son muy bruscos y volátiles, pero esta volatilidad y estos movimientos hacen que nuestras estrategias en estos mercados puedan tener incluso mayores posibilidades de obtener beneficios.
Las materias primas que se pueden operar en los mercados de futuros son limitadas. Analizar sus fundamentales, desde nuestro punto de vista, es un poco más fácil y más trasparente que analizar y valorar empresas y sus cuentas anuales, la deuda que emiten, sus perspectivas, sus tasas de descuento… y todas las operaciones fuera de balance que pueden llegar a tener. Otro factor a tener en cuenta es que no hay un CEO excéntrico que tenga poderes sobre la empresa y puede hacer lo que le plazca (Elun Musk con Tesla y sus otras compañías, por ejemplo), aunque si hay cárteles que controlan algunas materias primas como puede ser el café o el cacao. Por supuesto, es nuestra opinión, basada en nuestra experiencia, pero es el mercado donde nosotros hemos visto una ventaja y esta ventaja es la que nos ha hecho poder operar desde hace más de diez años y conseguir rentabilidades muy aceptables.
Otra de las principales diferencias entre las acciones y las materias primas son los llamados comerciales. Los comerciales son los “coberturistas”, es decir, las empresas que producen o comercializan con las materias primas físicas. Una compañía refinera que compra crudo y vende gasolina y gasóleo de calefacción, como puede ser Repsol. O Kellogg’s, que nos vende los copos de maíz. O el mismo productor/granjero, que todos los años planta el maíz y la soja en sus campos para luego recolectarlo y venderlo en el mercado para obtener un beneficio. Estos “coberturistas”, también llamados hedgers, acuden al mercado para cubrir su negocio. Ponemos como ejemplo al Tío Juan, que tiene 200 hectáreas cultivables, todos los años planta maíz y posteriormente acude al mercado para vender su cosecha. Para poder asegurar en cierta medida la rentabilidad de su negocio, debe acudir al mercado de futuros con el fin de asegurarse precios (muchas veces en Europa los bancos ofrecen estas coberturas). Él, cubriendo su cosecha, o al menos parte de ella, se queda más tranquilo porque sabe el precio al que venderá su maíz el día que lo recolecte. Su negocio no es especular con el precio del maíz y prefiere reducir su riesgo, aunque sea reduciendo su margen de beneficio. Los especuladores son los que cogen este riesgo e intentar obtener un beneficio.
Lo más importante de los mercados de materias primas es que mientras que los especuladores acuden al mercado con el objetivo de obtener un beneficio, los “comerciales” solo cubren dicho precio y el precio de esta cobertura incluso pueden repercutirlo (todo o parte) en el precio final del producto. Por el contrario, sabemos que los mercados de acciones son mercados cerrados, es decir, lo que uno pierde otro lo tiene que ganar. En el mercado de materias primas esto es solo verdad en parte. Los comerciales, los “coberturistas”, al incluir este sobrecoste en los precios de las materias que venden, obtienen un beneficio que no está sujeto a que otro pierda. Nuestras estrategias en estos mercados están orientadas a operar donde más comerciales hay y por eso creemos que tenemos una ventaja operando las materias primas.
Otra ventaja muy importante de las materias primas, y que supone la base de nuestras estrategias, es la estacionalidad de estos mercados. Sabemos que la demanda de gas natural para consumo de aire acondicionado es más fuerte en julio y agosto que en abril o mayo. Sabemos que las barbacoas de carne son más típicas de una tarde de verano que en pleno invierno. Sabemos que cuando se recoge el trigo y el maíz, o en general cuando hay una oferta abundante de una materia prima, el precio suele ser más bajo que en épocas donde hay menos, como antes de las plantaciones, cuando los almacenes están casi vacíos.
En las materias primas esto es lo que llamamos estacionalidad y atiende a una lógica aplastante. Es algo que se entiende.
“No hace falta hacer cosas extraordinarias para obtener resultados extraordinarios.” Warren Buffet
La estacionalidad, si queremos definirla de forma más correcta, “es la característica de una serie del tiempo en la cual los datos experimentan cambios regulares y previsibles que se repiten cada año”. Y estos cambios regulares previsibles vienen de nuestros hábitos de vida y de consumo.
Muy importante a la hora de hablar de estacionalidades es que se repiten cada año. El maíz se planta en abril-mayo en el hemisferio norte y se recoge en octubre. Y esto pasa año tras año, desde hace muchísimo tiempo.
Para entender todo esto mejor, veamos un ejemplo sobre el maíz. Para entender la gráfica hay que saber que está expresada en base porcentual, es decir, ajustan los precios a 0, siendo éste el mínimo y siendo el máximo 100. La línea roja es la media de los últimos cinco años, la línea negra es la media de los últimos 15 años y la línea rosa es la media de los últimos 30 años.
Aquí se puede ver cómo se comporta el precio del maíz.
Durante la época de plantación en Estados Unidos (abril), el precio suele tender a buscar máximos y los mantiene en la época del verano, que es cuando más riesgo tiene la cosecha de maíz por factores climatológicos (precipitaciones y temperaturas). Pasada esta época de riesgo, el precio tiende a bajar, para llegar a los mínimos anuales en la época de recolección, en octubre. En esta época es cuando todos recogen el maíz, la oferta sube y, como es normal, el precio tiende a bajar. Y, como hemos dicho anteriormente y como se puede observar en la gráfica, año tras año este es el patrón que siguen los precios.
En el resto de las materias primas se puede observar comportamientos estacionales parecidos adaptados a las peculiaridades de cada una de ellas y a los factores que determinan la oferta y demanda existentes en cada temporada.
Por supuesto que esto no es tan fácil. Hay que analizar muy bien cada año los fundamentales de cada materia prima, hay que ver cómo están los otros países productores, los informes de consumo y los factores que puedan afectar a la oferta y la demanda. Pero, como hemos visto, se trata de un producto cíclico que cada año nos puede dar muchas oportunidades de inversión. Y que se repite año tras año. Si un año, por la razón que consideremos no creemos conveniente operar en determinada materia prima, no pasa nada. En el siguiente tendremos de nuevo otra oportunidad.
Al operar con materias primas, nosotros ponemos mucho énfasis en las estacionalidades. Además, tenemos diferentes estrategias para plantaciones, para época de recolecta y para antes de las plantaciones. Todo eso nos permite aprovechar oportunidades que se repiten año tras año y, de esta forma, tener la posibilidad de obtener beneficios de forma periódica y consistente, sin necesidad de esperar cinco o diez años para poder comprar una acción a un muy buen precio.
El análisis estacional y el análisis cuantitativo de los futuros de las materias primas y de los datos fundamentales de cada año de éstas nos permiten valorar el mercado y poder identificar puntos infravalorados o sobrevalorados, en los que el mercado nos da oportunidades de compra o de venta.
“Lo que en la Bolsa saben todos, no me interesa”. Andrè Kostolany
Y, efectivamente, como es lógico que podemos pensar, todo esto lo saben muchos y es posible que lo utilicen. Por eso nuestras estrategias son más especiales y únicas, operamos con spreads de futuros de materias primas para aprovechar las estacionalidades, es decir, al mismo tiempo compramos un mes y vendemos otro mes de mismo producto (por ejemplo, comprar maíz de marzo y vender maíz de diciembre), o de productos muy correlacionados (trigo de Kansas contra trigo de Chicago). Pero esta explicación la dejamos para el siguiente artículo.