¿Cuánto cuesta la pelotita?, y ¿qué tendrá que ver esto con el trading pensarás? En realidad bastante, ya que pone de manifiesto cuál es el proceso mental por el cual tomamos las decisiones, tanto aquellas poco importantes como aquellas que incluso pudieran afectarnos de una forma más evidente. No te diré yo que eso de que el mundo es un reflejo de la mente, como decía Kant o que el cerebro se inventa un mundo, viendo cada uno de nosotros, uno distinto, como defiende el neurobiólogo Rafael Yuste. Pero desde luego, que el mundo que vemos (el que veamos cada uno, inventado o no) está lleno de errores en nuestra interpretación, es una verdad como un piano, por no seguir citando mentes ilustres.
Una de ellas, el profesor universitario Shane Frederick hizo un experimento interesante en el que puso de manifiesto hasta qué punto nos precipitamos a la hora de tomar decisiones, errando en decisiones que pudieran parecer evidentes.
Suelto la cuestión eje del sesudo experimento.
Un bate y una bola de béisbol cuestan 1,10 dólares. El bate cuesta un dólar más que la bola, ¿Cuánto cuesta la bola?
Un momento, déjame leerte la mente. ¿Has contestado 0,10 céntimos? “Por supuesto”, dirás, salvo que el título del artículo te haya hecho percatarte de que lentamente te he ido poniendo el lazo para ahora tirar de él. Siento decirte, que la respuesta es equivocada. Has caído presa de la vagancia “pensaril” que todos llevamos dentro o, como lo explica el Premio Nobel Daniel Kahneman en su libro “Pensar rápido, pensar despacio”, fue el sistema uno el que actuó rápidamente tomando la decisión más fácil posible. Y es que prácticamente todo el mundo tiende a contestar “10 centavos” debido a la suma de 1,10 se desglosa de una forma natural en 1 y 10 centavos.
Obviamente si el bate vale un 1usd más que la bola, decir que el bate vale 1 usd y la bola 10 centavos es incorrecto, ya que la diferencia de valor entre ambos al asignarles este precio es de 90 centavos. La respuesta correcta, aunque menos intuitiva es decir que la bola cuesta 5 centavos y el bate cuesta 1,05, siendo la diferencia entre ambos de 1 usd a la vez que el valor total sigue siendo de 1,10 usd. ¿Fácil, no? Pues parece que a primera vista no tanto.
Tanto es así, que incluso se pudo observar cómo muchas personas, la cuales podríamos denominar inteligentes, caen en este impulso inmediato. De hecho el 50% de un grupo de estudiantes de Princeton y el 56% de los estudiantes, que participaron en el estudio, de la Universidad de Michigan dieron la respuesta equivocada. Obviamente, lo que se puede observar es que los participantes dieron su respuesta sin revisarla previamente.
Las otras dos preguntas que formaban parte de la prueba eran estas:
– Si 5 máquinas tardan 5 minutos en crear 5 productos, ¿cuánto tardarán 100 máquinas en crear 100 productos?
- En un lago, hay un área ocupada nenúfares; cada día, este área dobla su tamañ Si tarda 48 días en doblar el lago, ¿cuánto tarda en llenar la mitad?
¿Lección? Tengamos cuidado a la hora de tomar decisiones, ya que parece que muchas de las mismas están tomadas sin el proceso de reflexión necesario que nos ayuda a controlar lo que hacemos. Algo que puede ser muy útil en entornos de alto riesgo o de poca importancia, esto es, que nuestro cerebro funcione de una forma rápida utilizando la respuesta más sencilla mientras utilizamos el menor número de recursos, puede ser muy negativo si no nos paramos a pensar lo que hacemos, y más en un campo para el que parece que no hemos sido diseñados para tomar las mejores decisiones, como lo son las finanzas.
Parece que este sesgo cobra mayor sentido cuanto más bajemos el marco temporal en el que operemos, ya que las decisiones a menudo suelen ser rápidas, con un menor espacio para su comprobación. ¿Qué podría estar pasando? Que una y otra vez estuviéramos confiando demasiado en, como diría Kanheman, nuestro sistema uno y estuviéramos errando.
¿Cuál podría ser una de las muchas ayudas para intentar paliar esto? Sin duda alguna tener un diario de trading. Si mientras estamos en “faena” no somos todo lo diligentes que deberíamos y nos precipitamos al tomar decisiones, confiando en aquellas que nos cuesten un menor esfuerzo mental, como les pasó a los estudiantes del experimento, y, por ejemplo, tendemos a saltarnos las reglas que tenemos para nuestro “set-up” o cometemos otros errores que a simple vista no lo son, al cerrar el mercado y pararnos a analizar lo que hemos hecho en el día, sin la presión de estar operando, sin duda veremos algunas cosas en las que no habíamos reparado. Hablando con Alexander Elder hace unos años nos llegó a decir “muéstrame un trader con buenos registros y te mostraré un buen trader, muéstrame un trader con malos registros y te mostraré un mal trader”. Que seamos de los primeros de los que hablaba Alexander Elder y a diferencia de los estudiantes del experimento sepamos contestar correctamente a la pregunta ¿Cuánto cuesta la pelotita?