En su libro Gentle Power, Emilia Elisabet Lahti describe cómo el verdadero liderazgo requiere una integración de fuerza y poder por un lado y amor y amabilidad por el otro. La combinación de estas cualidades crea un rasgo conocido en Finlandia como sisu. Es a través del sisu que podemos perseverar en condiciones desafiantes, trascendiendo la fatiga y la frustración para encontrar nuestro segundo aire emocional y espiritual. Hace un tiempo, escribí un artículo relacionado con el sisu, citando los logros en artes marciales mixtas de Kyle Maynard, quien nació sin brazos ni piernas. Curiosamente, Maynard practicó para sus combates enfrentándose mentalmente todas sus ansiedades y miedos por adelantado. Al entrenarse para enfrentarse a sus miedos, construyó su fuerza mental.
Lahti vería esto como un excelente ejemplo de poder suave: enfrentar la adversidad, pero de una manera constructiva y de apoyo. En el libro Gentle Power, describe su increíble viaje de 50 días a pie por Nueva Zelanda, en el que corrió el equivalente a una maratón cada día. Acompañada por un solo entrenador, por lo demás, complenamente sola. En el duodécimo día de viaje, ella se sintió sobrepasada por el dolor y la hinchazón. Mientras corría, se le ocurrió la idea: «El dolor termina cuando haces que termine». Se dio cuenta de que, durante toda su vida, le había resultado más fácil ser dura consigo misma que benévola. Esa idea la llevó a tomarse un descanso de la carrera, permitirse curarse y finalmente terminar la ruta. Encontró una manera de perseverar: apoyándose a sí misma.
Qué relevante es esta idea para todos los que participamos en actividades de rendimiento. Nuestra misma orientación al logro y el deseo de ganar hacen que sea más fácil para nosotros ser duros con nosotros mismos que solidarios. La idea es no desistir de nuestra búsqueda; ni permitir que nuestra búsqueda nos lleve al suelo. Solo a través del sisu del poder gentil podemos encontrar formas de avanzar que también nos cuiden. Como señala Lahti, esto es tremendamente importante para el liderazgo. Como equipo, debemos esforzarnos, pero de manera que se preserve el trabajo en equipo y los lazos de apoyo mutuo.
Nuestra vida es nuestra búsqueda en una ultramaratón. Que terminemos y cómo lo hagamos dependerá de nuestro poder y de nuestra amabilidad.