- ¿Qué pasaría si la mayoría de nuestras debilidades son simplemente fortalezas canalizadas de la manera equivocada? Asistamos a una clase magistral impartida por el referente internacional Brett N. Steenbarger.
- Artículo publicado en Hispatrading 57.
Hace un tiempo hablé en Forbes sobre cómo podemos usar nuestras mayores debilidades para convertirlas en valiosas fortalezas. Por poner un ejemplo real, hablaré sobre un caso de un gestor con el que he estado trabajando.
El gestor de cartera al que ayudé sufrió una enfermedad cada vez más común: el FOMO. Es decir el miedo a perderse los posibles movimientos del mercado. Aunque tenía reglas muy claras para entrar en el mercado que circunscriben cuidadosamente el riesgo y recompensa de sus operaciones, al ver que el mercado se alejaba de su punto de entrada ideal y, temeroso de perder las oportunidades, se ponía a perseguir los movimientos a corto plazo. Con demasiada frecuencia, eso le llevó a pérdidas y grandes dolores de cabeza.
La estrategia de entrenamiento para ayudar a este trader está en ensayar mentalmente escenarios que desencadenan FOMO, junto con las «mejores prácticas» para gestionar tales oportunidades de mercado. Esas visualizaciones estarían acompañadas de técnicas de manejo del estrés para minimizar la ansiedad ,que es una parte típica del FOMO. Tal enfoque puede ser bastante útil.
¡Pero supongamos que vemos el FOMO como una fuerza potencial de trading/inversión! Tal vez el FOMO sea simplemente una canalización inútil de un impulso positivo. En lugar de tratar de erradicar el FOMO, ¿cómo podríamos canalizarlo en direcciones más constructivas?
La forma en que lo hicimos fue transformando el FOMO en FOMOP. El FOMOP, decidimos, que sería el miedo a no seguir el proceso de uno. Es un miedo a perder la orientación del proceso que ha sido responsable del éxito a largo plazo.
Para tratar con el FOMOP, el gestor relató, durante el tiempo de preparación, los casos en los que las desviaciones del proceso correcto condujeron a pérdidas. Buscó específicamente escenarios en la acción del mercado que podrían darse en la siguiente jornada de mercado que pudieran conducir a problemas para seguir el proceso establecido y se preparó para ellos como posibles minas a punto de explotar, en caso de pisarlas. De hecho, alimentó su miedo; no trató de superarlo. Quería tener miedo de perder la disciplina, al igual que, por ejemplo, un alcohólico podría tener miedo a una recaída.
Como una forma de medir el progreso, se calificó a sí mismo al final del día únicamente en relación al proceso: qué tan bien generó las ideas; qué tan bien estructuró las operaciones basadas en las ideas; qué tan bien manejó esas posiciones y su riesgo asociado; etc. El objetivo era lograr puntuaciones de proceso consistentemente altas al final de las jornadas de trading, ya sea que en esos días tuviera ganancias o pérdidas.
¡El descubrimiento más interesante ha sido que el FOMOP funciona! De hecho, este gestor de cartera ha mostrado mejoras increíbles en el rigor de sus operaciones. Esto se ha traducido en un mejor marco mental y, lo que es más importante, en mejores rendimientos absolutos y ajustados al riesgo. En lugar de luchar contra su miedo a perderse, lo ha canalizado de una manera que mejora su trading. Ese miedo surgió de un impulso positivo por el rendimiento; no era algo que deba ser combatido y eliminado.
¿Qué pasaría si la mayoría de nuestras debilidades son simplemente fortalezas canalizadas de la manera equivocada? ¿Cómo podría ayudar a nuestro trading, nuestra mentalidad y nuestras relaciones si podemos encontrar un impulso positivo detrás de una debilidad y usarlo para alimentar una de nuestras fortalezas?