El índice S&P 500 de Estados Unidos cerró 2024 con un impresionante aumento del 23,3%, marcando su segundo año consecutivo de ganancias superiores al 20%. Este desempeño excepcional, impulsado principalmente por la tecnología de megacapitalización y la inteligencia artificial (IA), posiciona al índice para seguir liderando los mercados globales.
El papel de la IA en el repunte del S&P 500
Las acciones tecnológicas expuestas a la IA encabezaron el rally de 2024. Nvidia, fabricante de chips clave para la tecnología, registró un impresionante aumento del 172% durante el año. Mientras tanto, Meta, que también ha apostado fuertemente por la IA, subió un 65%. Estos avances posicionaron a las tecnológicas como el motor central del S&P 500, opacando a otros sectores.
En comparación, los mercados europeos y asiáticos mostraron rendimientos más modestos. El Stoxx 600 europeo subió un 6%, el FTSE 100 británico aumentó un 5,7%, y el índice MSCI de Asia-Pacífico avanzó un 7,6%.
Varios factores macroeconómicos y políticos también respaldaron las ganancias del S&P 500. Los recortes en las tasas de interés por parte de la Reserva Federal brindaron alivio a los mercados, marcando la primera flexibilización monetaria desde la pandemia de Covid-19. Datos económicos resilientes refuerzan la narrativa de un «aterrizaje suave» para la economía estadounidense.
Además, las expectativas de recortes fiscales y una regulación más laxa durante el segundo mandato presidencial de Donald Trump añadieron un impulso positivo. Según Benjamin Bowler, estratega de Bank of America, la combinación de políticas económicas de laissez-faire, desregulación y el potencial de la IA sugiere que el repunte del mercado podría continuar en 2025.
Riesgos y señales de alerta
A pesar del optimismo, algunos analistas han señalado riesgos importantes. Uno de ellos son las actuales valoraciones de las acciones estadounidenses, especialmente en comparación con sus pares europeos, podrían ser insostenibles a menos que las ganancias tecnológicas sigan creciendo a tasas extraordinarias.
La inflación persistente también ha obligado a los inversores a ajustar sus expectativas sobre futuras reducciones de tasas. Esto contribuyó a la caída del 2,5% en el S&P 500 en diciembre, marcando su peor desempeño mensual en cuatro meses. Los rendimientos del Tesoro altos y un dólar fuerte también podrían obstaculizar el crecimiento económico en 2025.
La concentración en las tecnológicas
El dominio de las llamadas Siete Magníficas —Apple, Microsoft, Meta, Amazon, Alphabet, Nvidia y Tesla— ha sido notable. Estas acciones han tomado la mayoría de las ganancias del índice, lo que genera comparaciones con la burbuja tecnológica de principios de los 2000.
Sin embargo, los optimistas sostienen que el potencial de la IA para mejorar la productividad justifica las altas valoraciones. Parece que las Siete Magníficas seguirán siendo populares entre los inversores en 2025 debido a su historial de rendimientos excepcionales.
Contrastes sectoriales
En contraste con las tecnológicas, sectores como los materiales industriales han tenido un desempeño mediocre. Las dificultades económicas de China y los temores de una recesión estadounidense han frenado el apetito por estas acciones. Los sectores con menor exposición a la tecnología enfrentan mayores desafíos, lo que subraya la naturaleza desigual del rally del mercado.
Perspectivas para 2025
De cara al próximo año, los inversores deben equilibrar el entusiasmo con la cautela. Aunque el S&P 500 ha mostrado una resiliencia impresionante, las señales de alerta como la concentración de rendimientos y la desaceleración del impulso económico podrían indicar una mayor volatilidad.
A medida que la exposición neta al índice alcanza niveles récord, la pregunta clave es si las tecnológicas pueden sostener su liderazgo o si otros sectores lograrán recuperar terreno. Mientras tanto, el debate entre optimistas y pesimistas continuará definiendo el panorama del mercado.