En la guerra, se evalúan las fortalezas y debilidades del enemigo y se desarrolla una estrategia para explotar sus vulnerabilidades y evitar sus puntos fuertes. Esa estrategia se ejecuta mediante diversas tácticas, que pueden incluir desde ataques terrestres hasta ofensivas aéreas y marítimas, pasando por operaciones encubiertas, guerra de guerrillas y acciones anfibias coordinadas.
De manera similar, en el fútbol americano, un equipo evalúa sus propias fortalezas y debilidades, así como las de su oponente, para desarrollar un plan de juego que le permita alcanzar la victoria. Esa estrategia se lleva a cabo tácticamente a través de jugadas y defensas diseñadas específicamente para maximizar las fortalezas del equipo y explotar las vulnerabilidades del rival.
Las tácticas son las que ponen en acción la estrategia. Una estrategia sin tácticas bien diseñadas no es más que una buena intención, mientras que tácticas sin una estrategia subyacente suelen dar lugar a acciones descoordinadas e incoherentes.
En los mercados financieros, la estrategia define la oportunidad a gran escala, mientras que las tácticas implementan la estrategia en el momento presente. Muchos de los desafíos psicológicos que enfrentan los traders a corto plazo ocurren porque operan de manera táctica, sin una estrategia clara.
He creado una base de datos diaria con el porcentaje de acciones del NYSE que cotizan por encima de sus diferentes medias móviles, desde la de 3 días hasta la de 200 días. Cada día, esto genera una curva de momentum, una medida de cómo se ha comportado la amplitud del mercado en el corto, mediano y largo plazo. La base de datos se remonta a 2006, lo que me permite analizar cómo se comporta la amplitud en distintas condiciones de mercado.
Este es otro punto en el que el trading se parece a la guerra: la inteligencia superior —más y mejor información— impulsa estrategias y tácticas superiores.
Si dividimos los días en cuartiles según el porcentaje de acciones por encima de su media móvil de 3 días (aproximadamente 1150 días en cada grupo), encontramos un patrón interesante. Los períodos de mayor fortaleza en amplitud tienden a generar rendimientos más débiles en los días siguientes, mientras que los períodos de mayor debilidad en amplitud generan rendimientos superiores a corto plazo.
En otras palabras, cuando hay una gran fuerza en el mercado durante tres días, es más probable que haya un retroceso a corto plazo. Y cuando el mercado ha sido débil durante tres días, es más probable que rebote. La excepción a esta regla ocurre cuando hay un fuerte impulso de amplitud (breadth thrust): en ese caso, la fortaleza puede llevar a más fortaleza, y la debilidad a más debilidad.
Un trader intradía que no conoce estos patrones puede ver un setup alcista o bajista, pero fácilmente puede quedar atrapado en la reversión a la media o en un impulso fuerte, lo que genera frustración y operaciones impulsivas. Sin embargo, el problema no es psicológico ni emocional, sino la falta de una estrategia clara. Lo mismo ocurre con los inversores que operan basándose en «catalizadores» sin considerar los patrones de amplitud a más largo plazo.
El trading es como la guerra. La diferencia es que el trader es tanto el general que diseña la estrategia como el soldado que la ejecuta. Siempre hay un panorama más amplio que define la ventaja y un marco de acción inmediato que guía la ejecución de las tácticas para explotar esa ventaja.
La confianza en el trading proviene de estrategias bien fundamentadas, implementadas con habilidad y disciplina.