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Cofundador de Macro Ops, www.macro-ops.com. Global Macro fanático, ex francotirador profesional y miembro de la inteligencia de los EE. UU.
Alex Barrowr / MACRO OPS

 

  • George Soros no solo ganó miles de millones; desmontó la teoría económica dominante y creó su propio enfoque basado en la incertidumbre, los ciclos y la reflexividad. Estudiar su pensamiento es entender cómo se mueven realmente los mercados.
  • Artículo publicado en Hispatrading 64.

Soros fundó y dirigió el legendario Quantum Fund, que obtuvo una rentabilidad compuesta superior al 32 % entre 1969 y 2000 —más de tres décadas de éxito continuado—. Una inversión inicial de 1.000 dólares habría valido más de 4 millones al año 2000. Esto convierte a Soros, sin duda, en uno de los gestores de hedge funds más exitosos de todos los tiempos. Trabajó junto a gigantes como Stanley Druckenmiller y Jim Rogers, a quienes además formó.

Es conocido por haber “derribado” al Banco de Inglaterra en 1992, ganando más de 1.000 millones de dólares en un solo día apostando contra la libra esterlina. Se decía que operaba en un nivel diferente al de todos los demás: cambiaba grandes posiciones por una simple sensación o incluso por un “dolor de espalda” que, según él, le advertía de que algo no iba bien.

Se retiró en 2011 de la gestión de dinero externo para centrarse en su propia fortuna —hoy superior a 25.000 millones de dólares—, pero sigue activo, formando a nuevos gestores que luego crean sus propios fondos exitosos.

Trading, burbujas y mercados

“No importa si tienes razón o no; lo importante es cuánto ganas cuando aciertas y cuánto pierdes cuando te equivocas.”

Su enfoque no consiste en hacer predicciones perfectas, sino en corregir las que resultan erróneas. Las burbujas, decía, son procesos asimétricos: el auge es largo y gradual, pero el estallido es corto y violento. Cuando la desilusión se convierte en pánico, el sistema colapsa.

Toda burbuja tiene dos componentes: una tendencia real y una idea equivocada asociada a esa tendencia. Cuando ambas se refuerzan entre sí, se genera un bucle de retroalimentación positiva que impulsa los precios hasta niveles insostenibles. Al alcanzar el punto de inflexión, el proceso se revierte y se autodestruye.

Soros buscaba condiciones de desequilibrio. Decía: “Mis decisiones se basan en una combinación de teoría e instinto; si quieres, puedes llamarlo intuición”. También afirmaba: “Estoy atento a señales de agotamiento de tendencia. Si el mercado ha llevado una narrativa al extremo, busco posicionarme en contra”.

En su filosofía, las ideas más poderosas son aquellas que el mercado rechaza. Y añadía: “Cuando estás confundido, lo mejor es no hacer nada. Es cuando eres más vulnerable.”

Los mercados, según Soros, están llenos de bucles de retroalimentación positivos y negativos que se entrelazan, generando patrones irregulares. Las burbujas son solo la manifestación más visible de ese fenómeno.

La teoría de la reflexividad

La reflexividad es el concepto central de su pensamiento. Crea un bucle entre la percepción y la realidad: las valoraciones de mercado afectan a los fundamentos, y los fundamentos a su vez afectan a las valoraciones.

“La teoría económica clásica”, decía, “asume conocimiento perfecto. Pero los mercados financieros están formados por participantes que influyen en la realidad misma que tratan de comprender”. Su conclusión fue que la economía se basa en premisas falsas y que los mercados, por tanto, son inherentemente impredecibles.

La reflexividad introduce incertidumbre estructural. En palabras de Soros: “Propongo tres categorías: verdadero, falso y reflexivo. El valor de verdad de las declaraciones reflexivas es indeterminado. Pero no podemos vivir sin ellas”.

Los procesos reflexivos tienden a seguir una secuencia auge / estallido. Cuanto más tiempo dura el ciclo auto-reforzante, más se aleja la percepción de la realidad, hasta que la burbuja se derrumba.

Para Soros, la economía intentó imitar a la física newtoniana, olvidando que los fenómenos sociales incluyen pensamiento humano. Los participantes no actúan con información perfecta; sus creencias alteran el sistema mismo que intentan analizar.

Sobre asumir riesgos, formular hipótesis y equivocarse

“Trabajo con hipótesis.” Formulo una tesis sobre lo que creo que ocurrirá y comparo los hechos con mis expectativas; esa comparación me permite evaluar mi hipótesis.

Contrario a la sabiduría convencional, Soros parte de la idea de que los mercados siempre están equivocados. “Aunque a veces me equivoque, esa es mi hipótesis de trabajo.”

Consideraba que asumir riesgos era una necesidad intelectual: “El peligro agudiza la mente; necesito esa emoción para pensar con claridad.”

No buscaba precisión estadística, sino escenarios prácticos. “Las hipótesis no tienen validez científica, pero sí utilidad. Son la base para tomar decisiones reales.”

Reconocía el error como virtud: “No hay vergüenza en estar equivocado; solo en no corregir el error.”

Y su máxima más citada resume su método: “Soy rico porque sé cuándo estoy equivocado.”

Visión económica

“La historia económica es una serie interminable de falsedades y mentiras… y en ellas está el camino hacia grandes ganancias. El objetivo es reconocer la tendencia cuya premisa es falsa, subirse a ella y bajarse antes de que se desmorone.”

Para Soros, la economía es una ciencia social, no natural. Sus fenómenos están influenciados por personas con conocimiento imperfecto. Ignorar eso, decía, fue el gran error de la teoría clásica y de la hipótesis de mercados eficientes.

Los mercados financieros no solo descuentan el futuro: lo moldean. Esa es la esencia de su crítica. Por eso rechazaba la idea de equilibrio: “Los mercados no tienden al equilibrio; tienden al cambio.”

Y en una de sus frases más agudas, recordaba: “Cuando los especuladores ganan dinero, es porque las autoridades han fallado. Pero prefieren culpar a los especuladores antes que reconocer sus errores.”

Un genio del mercado

En su mejor momento, Soros estaba tan sincronizado con los mercados que parecía generar beneficios sin esfuerzo. “Me observaba a mí mismo con asombro —decía—: veía una máquina perfectamente afinada.”

Estudia sus principios, practica su forma de pensar y afina tu propia máquina. Porque la verdadera lección de George Soros no es solo cómo ganar dinero, sino cómo pensar en un mundo incierto.