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  • Una de las citas más conocidas relacionada con el mundo de la bolsa es la famosa frase de Keynes: “Los mercados pueden mantener su irracionalidad más tiempo del que tú puedes mantener tu solvencia”. Nadie que haya operado durante un tiempo en bolsa pone en duda la verdad que esconden esas palabras. Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, es la lógica la que se impone y la que determina el flujo del dinero en los mercados. Por eso, algunas de estas  situaciones extremas pueden ayudarnos a detectar puntos de giro en las bolsas de valores.
  • Artículo publicado en Hispatrading 16.

En el artículo de hoy me gustaría hablar sobre dos de estas “irracionalidades” que nos pueden dar una ventaja a la hora de operar: la inversión de la curva de tipos como punto de giro para el largo plazo y la inversión en la curva de volatilidad para el corto plazo.

Inversión de la curva de tipos de interés

Cuando operamos en los mercados siempre lo hacemos buscando lograr la mayor rentabilidad posible para nuestro dinero en función de nuestro perfil de riesgo.

Los tipos de interés, o “precio del dinero” como se conocen vulgarmente, son fijados por los bancos centrales y representan el punto de equilibrio entre el riesgo que conlleva el préstamo de dinero y el posible beneficio que se espera obtener de la utilización de dicha cantidad de dinero en una situación y tiempo determinado. 

Para valorar si un tipo de interés es alto o bajo, normalmente se analiza la curva de tipos, que muestra la distinta rentabilidad de los bonos nacionales para los distintos vencimientos (3 meses, 6 meses, 1 año, 2 años, 5 años, etc.)

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La lógica nos dice que una inversión a corto plazo ofrecerá menor rentabilidad que una a largo plazo, ya que el riesgo aumenta a medida que esperamos más tiempo para recuperar la inversión. Esta es la situación que se produce normalmente, y genera una curva de tipos con pendiente ascendente tal y como podemos ver en el gráfico anterior. A mayor tiempo, mayor rentabilidad.

Este es el pilar en el que se basa el sistema financiero actual: pedir prestado a corto, prestar a largo y beneficiarse de la diferencia o spread. Cuando esta horquilla desaparece, tarde o temprano también lo hace la liquidez. Esta situación extraordinaria da lugar a una curva de tipos invertida y suele derivar en retrocesos importantes de los mercados de valores. Por esto puede servirnos como alerta a la hora de detectar giros bajistas en el largo plazo.

¿Cómo podemos analizar esta situación para detectar los momentos irracionales en la curva de tipos de interés?

En los mercados se suele tomar como regla de medida para el largo plazo la rentabilidad del bono a diez años. Podemos utilizar la relación existente entre este bono y un producto de más corto plazo, como el bono de dos años, para determinar los momentos en los que la curva de tipos se invierte. 

Mientras la rentabilidad del bono a 10 años sea mayor que la rentabilidad del bono a 2 años (situación lógica en una curva de tipos), esta relación se encontrará por encima de 0. Sin embargo, cuando la rentabilidad del bono de 10 años sea inferior a la del bono a 2 años, la relación pasará a terreno negativo y nos estará avisando de una inversión en la curva de tipos: situación irracional que suele preceder a caídas en las bolsas.

Tal y como podemos ver en el siguiente gráfico de la Reserva Federal de Estados Unidos, a lo largo de la historia se han dado momentos en los que esta relación ha pasado a terreno negativo. Claramente se observa que esta situación extraordinaria de la curva de tipos de interés (curva invertida) sirve como indicador adelantado de recesiones (marcadas en gris) y, en muchos casos, caídas de la bolsa.

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He querido resaltar en la imagen las últimas ocasiones en las que la curva de tipos de interés se invirtió (crisis de las “punto com” y la crisis de las hipotecas subprime), pues en ellas se ve con mucha claridad el comportamiento de los mercados después de estas situaciones irracionales. 

Pero no sólo en estos dos últimos periodos bajistas este indicador ha servido como señal adelantada de problemas en el largo plazo. Las estadísticas muestran que la inversión de la curva de tipos asegura una probabilidad del 80% al 90% de recesión durante los siguientes 6 meses.

Inversión de la curva de volatilidad

Hasta ahora hemos visto cómo la inversión en la curva de rentabilidad de los tipos de interés marca con bastante precisión los momentos de giro bajista en los mercados. Como las rentabilidades de los bonos no sufren grandes movimientos en el corto plazo, esta relación funciona muy bien para el largo plazo, pero no nos ofrece información para el corto.

La pregunta que podríamos hacernos es la siguiente: ¿existe la posibilidad de aplicar esta misma teoría basada en la irracionalidad de los mercados sobre instrumentos de más corto plazo que nos indiquen puntos de giro de las bolsas en espacios temporales más cercanos?

La respuesta es afirmativa, y la encontramos en las curvas de volatilidad.

El Chicago Board Options Exchange Market Volatility Index o más conocido como VIX, o de manera informal “indicador del miedo del inversor”, es un indicador que mide la volatilidad que los inversores esperan ver durante los próximos 30 días en el S&P 500. No es un indicador que muestre la volatilidad que se ha vivido hasta ahora, como mucha gente piensa, sino la volatilidad futura.

El CBOE, además del VIX, también publica otros indicadores como el VXV, que mide la volatilidad en el S&P 500 para los próximos 3 meses. En definitiva, sería como el indicador VIX pero en un marco temporal más largo.

Si intentamos aplicar la misma teoría vista para la curva de tipos en los índices de volatilidad, la lógica nos dice que la volatilidad a largo plazo debería ser mayor que la volatilidad a corto. Es sencillo, el futuro es más difícil de predecir a medida que nos alejamos en el tiempo, por lo que su volatilidad debería ser mayor.

Cuando la irracionalidad se hace presa de los mercados (momentos de recortes bruscos), el índice de volatilidad VIX se dispara al alza. En los momentos extremos, la volatilidad esperada a corto plazo (VIX) puede ser mayor que la volatilidad esperada a largo (VXV). Tan pronto como esa situación comienza a corregirse, los mercados suelen iniciar un nuevo movimiento al alza en el corto plazo, pues se entiende que el peligro inminente ha pasado. Es decir, esa recuperación determina un punto de giro del mercado que podemos aprovechar para operar.

En el siguiente gráfico podemos ver la relación del VIX con el VXV (VXV/VIX) y el movimiento del S&P 500 en lo que llevamos de año. Esta relación ha caído 3 veces por debajo de 1, o lo que es lo mismo la volatilidad a un mes (VIX) mayor que la volatilidad a tres meses (VXV). Claramente se observa como esos momentos son puntos de giro alcista del mercado en el corto plazo.

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La mejor forma de determinar si realmente esta suposición es cierta o no consiste en desarrollar un sistema automático de trading basado en dicha relación y comprobar por medio de un test histórico si ganamos dinero con él.

Para ello desarrollaré un sistema muy básico que sólo pretende comprobar la validez de las señales de la relación VXV/VIX. No es un sistema que pueda operarse en real, ya que para ello necesitaría un filtrado de las señales y una buena estrategia de salida.

Este sistema abre una posición larga cuando la relación VXV/VIX se sitúa por encima de 1 (situación normal), después de haber hecho una excursión por valores inferiores (situación irracional). La salida será a los 10 días de la apertura de la operación.

Si realizamos un backtest sobre los 3 últimos años del S&P 500 en gráfico diario con un capital inicial de 10000$, los resultados que se obtienen son los siguientes:

Beneficio neto +2337,31 $
Número de operaciones 10
% operaciones ganadoras 80%
Ganancia media por operación 3,40%
Pérdida media por operación 2,09%
Profit factor 6,07
Máximo Drawdown 7,85%

Aunque no disponemos de suficientes muestras como para confiar en la fiabilidad estadística de los resultados, el alto porcentaje de aciertos sugiere que la inversión de la curva de volatilidad es un patrón que puede darnos una ventaja o “edge” a la hora de operar en el corto plazo.

Conclusión

En este artículo he intentado mostrar cómo los momentos de extrema irracionalidad de los mercados pueden servirnos como base para sistemas de contratendencia que busquen los puntos de giro de las bolsas.

Tanto la inversión de la curva de tipos de interés (para el más largo plazo) como la inversión de la curva de volatilidad (para el corto plazo) son claros ejemplos de indicadores que podemos utilizar para decantar la probabilidad de éxito en los mercados a nuestro favor.