- Por si se las han perdido, aquí tienen condensada las novedades más destacadas que se han producido en el sector a largo del último trimestre.
- Artículo publicado en Hispatrading 51.
Inflación, Inflación, ¡¡¡INFLACIÓN!!!
Seguramente casi todo el mundo esté al tanto de ello, pero no está de más recordarlo: estamos inmersos en la que posiblemente sea una de las peores espirales inflacionistas de toda la historia de la humanidad. Así, tenemos a la tasa interanual del IPC superando el nivel del 8% en buena parte de los países desarrollados, incluyendo EE.UU., la zona euro y, por supuesto, España. Unos niveles no vistos desde los años ochenta y que afectan especialmente a los productos energéticos y alimentos frescos.
Si bien buena parte del alza reciente se debe a la guerra de Ucrania y las tensiones que ello ha generado sobre todo en el petróleo, el gas y el trigo, lo cierto es que los precios ya venían subiendo desde antes. Una subida motivada, en buena medida, por el desajuste de la oferta y la demanda a causa del Covid-19. Así, mientras el mundo volvía a la normalidad y la demanda de los consumidores reaparecía prácticamente de golpe, las cadenas de producción de muchos productos y servicios continuaban rotas, provocando desabastecimiento en muchos casos al no ser capaces de dar respuesta a la inmensa demanda repentina.
Todo esto ya empieza a tener su repercusión en los mercados financieros, por cuanto los bancos centrales han empezado a tomar cartas en el asunto. Así, la Reserva Federal subió 50 puntos básicos el pasado mes de mayo, la mayor subida desde comienzos de siglo, iniciando asimismo la reducción de su hoja de balance liquidando buena parte de la deuda acumulada en estos años. Ello supone el arranque de un ciclo de carácter restrictivo en la política monetaria de EE.UU., al cual se empiezan a sumar otros bancos centrales como el Banco Central Europeo (que previsiblemente subirá 25 puntos básicos en julio y septiembre) o el Banco de la Reserva de Australia (que ya ha realizado dos subidas de tipos en mayo y junio).
Y es que realmente estamos en tiempos complejos, por cuanto la única solución que tienen los bancos centrales para acabar con esta inflación provocada por un shock de oferta es provocar una recesión controlada que frene la expansión de la demanda, con los consiguientes daños colaterales. La cuestión que está por ver en los próximos meses es si realmente sabrán subir tipos de manera adecuada, sin llevar a las principales economías a la estanflación.
Cambios en la Estructura de los Mercados Estadounidenses
El pasado 8 de junio, el presidente de la Securities and Exchange Commission (SEC), Gary Gensler, abría el melón al anunciar que el regulador de los mercados estadounidenses estaba considerando introducir una serie de cambios en las normas que rigen el mercado bursátil de EE.UU con el objetivo de hacer más transparente y justo el mercado de valores. Para ello, se está valorando la introducción de un mecanismo de subastas de órdenes de clientes minoristas, que eliminaría la ventaja con la que cuentan algunos operadores por tener una menor latencia (en efecto, se acabaría la escasa ventaja que le pueda quedar a los traders de alta frecuencia).
Asociado a esto, otra medida que no descarta implantar el regulador estadounidense sería la modificación del sistema del pago por flujo de órdenes. En este aspecto, cabe señalar que no se espera una prohibición explícita de esta práctica, pero sí que se produzcan importantes cambios en las normas que regulan el enrutado de órdenes.
Esto es algo que, en caso de aprobarse, dañaría bastante el negocio de compañías como Citadel, Virtu o Robinhood, que actualmente se benefician de los pagos por estos flujos de órdenes a cambio de eliminar las comisiones a sus clientes. De hecho, ante la más que probable aprobación de estas medidas, Citadel y Virtu ya han anunciado que están creando una plataforma de trading de criptomonedas como una forma de reorientar su negocio.
Aquí posiblemente podríamos decir aquello de “más vale tarde que nunca”: era evidente que en algún momento el regulador tendría que tomar cartas en el asunto y poner algo de orden en unos mercados en los que actualmente algunos operadores poseen cierta ventaja sobre otros de manera injusta, cuando precisamente los mercados de capitales deben guiarse por la máxima de la transparencia y la eficiencia en la ejecución de las órdenes. Por todo ello, el movimiento propuesto por Gensler, aunque tarde, parece llegar en el momento oportuno.
La Caída de Terra
Seguramente los que lleven más tiempo operando en los mercados y lean este titular pensarán que estamos hablando de las acciones de la filial de Internet de Telefónica, pero no: los tiempos cambian y ahora Terra es un proyecto creado por la empresa surcoreana Terraform Labs para construir todo un ecosistema de servicios DeFi y stablecoins pero que, a comienzos del pasado mes de mayo, terminó cayendo en desgracia.
La verdad es que el proyecto inicialmente parecía prometedor: mediante un algoritmo se mantenía la paridad de la stablecoin TerraUSD (UST) utilizando para ello el token de Terra (denominado LUNA). De este modo, a diferencia de otras stablecoins como Tether o USD Coin, cuyo precio depende directamente de la cantidad de divisa fiat que la compañía que las emite debe tener en sus reservas para respaldar a su stablecoin, en el ecosistema Terra se utilizaba una política monetaria elástica para mantener la estabilidad de UST, incentivando a los usuarios a intercambiar LUNA por UST (o viceversa) en función del precio al que se negociase UST.
El gran error que cometió Terraform Labs fue anunciar a finales de marzo que empezaba a comprar otras criptomonedas (fundamentalmente, Bitcoin) para respaldar también a UST. Un movimiento que, aunque en ese momento no parecía aparente, a la postre creaba una vulnerabilidad cuya explotación tendría consecuencias de proporciones bíblicas, por cuanto al hacer esto abrían la posibilidad de que alguien con cierto poder de mercado pudiera desestabilizar la paridad de UST a través de Bitcoin, como así sucedió.
Así, el atacante que logró hundir LUNA y UST, y arrastrar a todos los mercados de criptomonedas entre el 8 y el 9 de mayo, pidió prestados 100.000 BTC y acumuló UST por un importe de 1.000 millones de dólares. A partir de ahí, fue tan sencillo como empezar a vender 350 millones de UST, desestabilizando la paridad y haciendo que la Luna Foundation Guard (LFG), encargada de mantener la paridad, tenga que liquidar parte de sus reservas en Bitcoin para defenderla, haciendo que Bitcoin empiece también a bajar.
Al ver que la LFG empieza a entrar en pánico, el atacante remata la jugada vendiendo de golpe los 650 millones de UST restantes, provocando un terremoto en muchos protocolos DeFi basados en TerraUSD como Anchor o Mirror, en los que los usuarios empiezan a liquidar sus posiciones, añadiendo más presión vendedora en UST.
Y tal y como cabía esperar, tras quedarse sin bitcoins, la LFG tuvo que echar mano a sus reservas en el token LUNA, vendiendo dicho token para comprar UST. Todo ello conduce a que el 12 de mayo tanto UST como LUNA valían cero, al no conseguir la LFG estabilizar UST, mientras que Bitcoin acumulaba un pérdida del 25% de su valor, algo que aprovechaba el atacante, recomprando su posición vendida con una ganancia que se estima en unos 800 millones de dólares obtenidos en unos pocos días.
A partir de aquí, el fundador del proyecto, Do Kwon, ha tratado de reflotar el proyecto a través de un hard fork que fue sometido a votación y aprobado por la comunidad de usuarios. De este modo, a partir del 27 de mayo la cadena de bloques del proyecto se dividía en dos: por un lado, se renombraba la cadena actual de Terra como Luna Classic (LUNC), un token que todavía mantiene su vinculación con UST; y por otro, se crea una nueva cadena basada en el nuevo token Luna (LUNA), mediante la que se intentará relanzar el proyecto original sin stablecoins, aunque por el momento su éxito ha sido más bien escaso.
En definitiva, esta historia pone de manifiesto la fragilidad del ecosistema cripto en algunos aspectos, sobre todo en el caso si consideramos el caso de aquellas stablecoins que funcionan de forma algorítmica y que son susceptibles a ataques como el que hemos visto en Terra.