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 Jason Goepfert es presidente y CEO de Sundial Capital Research. Editor de SentimenTrader.com, una web de referencia internacional con suscriptores en más de 50 países.
Jason Goepfert / SentimenTrader

 

En momentos de euforia bursátil, muchos inversores comienzan a preguntarse si ha llegado el momento de adoptar una postura más defensiva. Después de un fuerte rally en los mercados, es natural que surjan dudas: ¿Es sostenible esta tendencia? ¿Está el mercado ignorando señales de alerta?

Una de las herramientas más útiles para evaluar el trasfondo de riesgo en los mercados es el índice CDX, que agrupa los Credit Default Swaps (CDS) de empresas con grado de inversión o alto rendimiento. En esencia, los CDS son seguros contra impago: si el coste de estos seguros sube, significa que el mercado percibe mayor riesgo de default; si bajan, indica tranquilidad entre los inversores de deuda.

Actualmente, el índice CDX se encuentra por debajo de su media de 50 días, lo cual históricamente ha funcionado como un viento de cola para las acciones. De hecho, los estudios muestran que cuando el CDX cotiza persistentemente por debajo de esa media móvil, las acciones tienden a registrar rendimientos positivos en los meses siguientes. No es una ley matemática, pero sí una correlación significativa.

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Lo más relevante es que este comportamiento no sugiere que la tendencia alcista actual sea insostenible. Al contrario, el hecho de que los traders de bonos —generalmente más conservadores y atentos al riesgo— no estén cubriéndose masivamente contra defaults es un voto de confianza en la salud financiera corporativa.

Este fenómeno refuerza la idea de que, por ahora, los fundamentos no apoyan una rotación hacia activos defensivos. No hay un incremento notable en el estrés crediticio, y eso otorga margen a los inversores de renta variable para seguir tomando riesgo.

Además, la duración extendida del CDX por debajo de su media no ha sido históricamente un motivo para desconfiar. En muchas ocasiones anteriores, el índice ha permanecido por debajo de su media durante semanas o incluso meses, sin que eso provocara un cambio repentino de tendencia en el mercado de acciones.

Por supuesto, eso no significa que debamos ignorar los riesgos macroeconómicos, las decisiones de los bancos centrales o posibles shocks geopolíticos. Pero, desde el punto de vista del mercado de crédito, no hay signos visibles de deterioro inminente. Es más, la calma en el mercado de CDS sugiere que los inversores institucionales aún ven margen para que el ciclo de crédito siga siendo favorable.

En resumen, mientras el índice CDX siga bajo presión, los traders deberían considerar este dato como una señal de validación de la tendencia alcista en renta variable. Es una forma de mirar “debajo del capó” del mercado y ver si el motor crediticio sigue funcionando sin sobresaltos.

Observar el comportamiento del índice CDX no solo aporta contexto, sino que ayuda a filtrar el ruido del mercado y mantener la perspectiva. Y, de momento, ese mensaje es claro: el crédito no está dando señales de alarma.