- El análisis chartista y técnico es una combinación realmente valiosa en el análisis financiero, que nos permite discernir el sentimiento de los inversores en un momento dado, para un determinado activo o mercado. Conocer cuando ese sentimiento es extremo nos ayudará a evitar la trampa de comprar activos en el momento menos idóneo, evitando así realizar los beneficios obtenidos a otros operadores que si han logrado aprovechar el movimiento de recuperación previo.
- Artículo publicado en Hispatrading 61.
Es más de una ocasión hemos escuchado el lamento de un inversor que ha comprado un activo que, acto seguido, ha desarrollado fuertes correcciones. O, peor aún, lo hemos vivido. Una situación no poco habitual en la que lo más probable es escuchar como justificación a la compra del activo algo parecido a que era un activo que lo estaba haciendo muy bien, registrando importantes revalorizaciones.
Y la base no es mala. Comprar activos que lo están haciendo bien durante un determinado marco temporal es un primer paso para aumentar nuestra probabilidad de éxito en el mercado al largo plazo, dado que un buen desempeño de una compañía en bolsa es debido a las buenas perspectivas que presentan los inversores respecto a ella en el futuro.
De hecho, un activo cotizado cuyo desempeño está siendo positivo en el medio / largo plazo, lo más probable, es que siga haciéndolo bien en el medio / largo plazo. El planteamiento es correcto, pero no así la ejecución de ese inversor que compró en el momento álgido para, posteriormente, sufrir importantes correcciones en el precio de cotización de su compañías recientemente incorporada a su cartera.
Y es que, es importante saber discernir entre comprar activos fuertes, que gustan al mercado, pero no hacerlo a cualquier precio. Y aquí es donde entramos de pleno en el desarrollo de la presente pieza, en la que mostraremos algunas ideas para evitar comprar activos en el momento menos apropiado.
¿QUÉ ES LA SOBRECOMPRA?
Pero antes de nada, debemos conocer un concepto realmente útil y recurrente a la hora de aplicar Análisis Técnico a un activo financiero. En este sentido, nos referimos al concepto de sobrecompra. Concretamente, podemos definir la sobrecompra como un entorno de exceso alcista que se alcanza en un determinado momento a consecuencia de la euforia compradora por parte de los inversores.
El sentimiento de optimismo en cuanto a la buena evolución de una determinada compañía, por ejemplo, puede provocar procesos fuertemente alcistas en un determinado espacio temporal que, normalmente, se aprecia muy bien en la propia evolución del activo cotizado mediante impulsos alcistas muy pronunciados.
Pero no solamente mediante el análisis visual del precio. El Análisis Técnico, que es la disciplina que apoya al Análisis Chartista o de precios mediante la implementación de indicadores y osciladores, calculados mediante fórmulas matemáticas que se nutren para su cálculo de la propia evolución del precio, también nos permite discernir con mayor precisión este tipo de procesos extremos.
¿CÓMO PODEMOS DETECTAR LA SOBRECOMPRA?
En este sentido, existen multitud de osciladores que nos permiten conocer exactamente cuándo un activo se encuentra en zona de sobrecompra o de excesos alcistas, entre los que destacamos, por ejemplo, los archiconocidos RSI-14 o Estocástico.

Centrándonos en uno de ellos, como el RSI-14 dado su amplio uso entre la comunidad financiera, es un oscilador que nos permite identificar exactamente área de excesos, ya sean alcistas –sobrecompra– o bajista –sobreventa-. Éstas áreas están perfectamente delimitadas por dos franjas, una superior y otra inferior, situándose la superior en los 70 puntos y la inferior en los 30 puntos. De este modo, si la lectura del RSI-14 es superior a 70 nos encontramos ante un activo sobrecomprado o acumulando excesos alcistas, por lo que tendremos que ser cautos a la hora de valorar entrar largos en el activo bajo estudio, pues su potencial de revalorización podría no ser lo suficientemente atractivo antes de sufrir algún tipo de corrección, ya sea en tiempo o en forma.
En la Figura 1 observamos un proceso de acumulación de sobrecompra en Apple, el cual, se desarrolló durante varios meses tras una revalorización del +44,78% del activo, derivando en varias acumulaciones de sobrecompra –lecturas del RSI-14 por encima de 70– tras pronunciados avances alcistas. Lo anterior debería servirnos como pista del extremo posicionamiento alcista de los inversores en el activo bajo estudio, ya que, durante el proceso, las correcciones no han logrado normalizar con éxito lecturas, pues con el paso del tiempo han derivado en la generación de otro importante concepto importante a la hora de valorar los excesos alcistas acumulados por un activo. Nos referimos a las divergencias bajistas.
En este sentido, una divergencia bajista la obtenemos cuando el precio evoluciona al alza y el oscilador que estemos utilizando, esté evolucionando a la baja. De manera más gráfica, como se observa en la Figura 1, el precio sigue desarrollando máximos crecientes al tiempo que el RSI-14 registra máximos decrecientes al tiempo que vuelve a acumular lecturas de sobrecompra. Esto es, sin lugar a dudas, una señal de alarma a la que deberemos prestar mucha atención.
La acumulación de factores técnicos como son la sobrecompra y la aparición de divergencias bajistas suponen la base para evitar tomar una decisión de entrada en un contexto dominado por la euforia y que, tarde o temprano, derivará en un ajuste en la cotización.
AÑADIENDO MÁS INGREDIENTES A LA RECETA
Pero no solamente disponemos del RSI-14 y de la lectura del precio. Podemos añadir más ingredientes a la receta como, por ejemplo, la lectura de la volatilidad.
Llegados a este punto, es importante recalcar que, al igual que hemos mencionado cuando hemos introducido el RSI-14 como oscilador de momento que nos ayudaba a detectar situaciones de excesos alcistas, es importante recalcar que cuando hablamos de indicadores de volatilidad también son muchas las opciones de indicadores de la que disponemos, por lo que cada operador deberá adecuar / personalizar cada indicador aquí descrito a sus gustos o perfil inversor.

En nuestro caso, utilizaremos el indicador de volatilidad ATR. Como se puede observar en la Figura 2, el comportamiento de la volatilidad respecto al precio es inverso. Cuando el precio desarrolla procesos correctivos sostenidos en el tiempo, asistimos a un repunte en los niveles de volatilidad, mientras que cuando el precio recupera posiciones al alza, la volatilidad tiende a reducir posiciones.
La explicación a este fenómeno reside en que cuando el precio desarrolla importantes correcciones, aumenta el nerviosismo de los inversores, aumentando los rangos de cotización de las velas que estamos analizando. Por su parte, en un contexto alcista, la tranquilidad se va extendiendo gradualmente, lo que se traduce en una reducción de los rangos promedios.
De lo anterior también podemos extraer importantes conclusiones. Si ante un entorno de extrema sobrecompra acumulada en el RSI-14, como hemos visto anteriormente, respaldado por divergencias bajistas, le añadimos lecturas de una reducida volatilidad, podemos interpretarlo todo ello como un proceso de alcista maduro, protagonizado por un sentimiento de complacencia entre los inversores que se han acostumbrado a un entorno muy amigable que, tarde o temprano, dejará de serlo, al menos, temporalmente.
EL PRECIO DE COTIZACIÓN TIENE LA ÚLTIMA PALABRA
Pero, ¿cómo saber cuándo se inicia el proceso correctivo que adelantan los excesos alcistas citados? El precio tiene la última palabra. Como hemos comentado a lo largo de la presente pieza, el Análisis Técnico es un apoyo al Análisis de precios o Chartismo, por tanto, la vertiente principal del análisis ha sido en todo momento la fluctuación del precio, por lo que será éste quien dicte el momento de potencial inicio de una corrección. En este sentido, todo lo anterior comenzará a plasmarse en el precio de cotización cuando la curva de precios del activo bajo estudio comience a perforar soportes relevantes.

Tal y como observamos en la Figura 3, la acumulación de excesos alcistas, identificada mediante (1) varias lecturas de sobrecompra seguidas en el oscilador RSI-14, (2) unos niveles de volatilidad en mínimos, así como (3) un precio de cotización que ha avanzado más del 60% de manera prácticamente lineal, son justificaciones para pensárselo dos veces antes de plantear nuevas posiciones largas o de compra.
El momento exacto en el que el precio aporta síntomas de giro son cuando asistimos a la perforación de (i) la directriz creciente que unía todos los mínimos más importantes durante el proceso alcista previo, así como (ii) la perforación del último mínimo creciente.
En este caso particular, la identificación de todo lo anterior nos habría evitado comprar un activo que registró caídas adiciones del -11,10% desde la perforación del último mínimo creciente, retrocesos que se llevaron a cabo durante 2 meses y 22 días hasta que registró el mínimo del proceso correctivo. A partir de ese punto, habría que añadirle 1 mes y 17 días más hasta que la cotización logró superar los máximos registrados en el proceso alcista identificado. En total, nos habríamos evitado algo más de 4 meses de tiempo en un activo que nos habría dado más quebraderos de cabeza que otra cosa.
CONCLUSIÓN
Comprar activos fuertes, que gusten al mercado, es una gran idea. Pero ello no es sinónimo de comprar a cualquier precio, hay que saber interpretar en qué momento se encuentra el activo que estemos vigilando, para evitar comprar a precios demasiado altos y que requieren de un proceso de ajuste técnico. Invertimos para rentabilizar nuestro patrimonio lo máximo posible, no para ser buenas personas. Comprando en estos entornos de sobrecompra lo único que hacemos es realizarle los beneficios a aquel operador que sí que aprovechó el proceso alcista previo, quien nos venderá con mucho gusto sus acciones en cartera. La aplicación de herramientas chartistas y técnicas son indispensables para lograr encontrar punto de entrada e, igualmente importante, evitar entrar en el momento menos idóneo, como el planteado en la presente pieza.