Se ha activado una señal de divergencia de mercado que, según los datos históricos, apunta a riesgos a corto plazo más que a un escenario “Ricitos de Oro”. La aparente fortaleza del sector tecnológico contrasta con la debilidad del crudo, y esa combinación rara vez ha sido una buena señal para el conjunto del mercado.

El S&P 500 enfrenta presión a corto plazo: solo hay un 43 % de probabilidad de rendimientos positivos en el próximo mes, con un retorno mediano del -1,5 %. Es decir, las probabilidades se inclinan hacia una fase correctiva antes que hacia un nuevo tramo alcista.
El petróleo crudo también muestra una tendencia débil, con una tasa de acierto del 43 % en un mes y una caída mediana del -8,3 %. A dos meses vista, las pérdidas históricas se amplían hasta el -12,4 %. Esta persistencia bajista en la energía suele reflejar temores de desaceleración económica o presiones deflacionarias en la demanda global.
Incluso el sector tecnológico (XLK), tradicionalmente resiliente en entornos de debilidad, muestra rendimientos medianos negativos en los próximos 1 a 3 meses. Aunque su caída prevista es menor que la del sector energético, los datos confirman que la rotación sectorial se aleja del riesgo.
El foco se está desplazando hacia los sectores defensivos. En los patrones históricos, cuando se produce esta configuración —tecnología fuerte, petróleo cayendo—, los flujos de capital tienden a moverse hacia sectores más estables: Utilities (XLU, +2,2 %), Consumo básico (XLP, +1,4 %) y Servicios de comunicación (XLC, +2,9 %), todos con una tasa de acierto del 71 % en el mes siguiente.
En cambio, el sector energético (XLE) aparece como el gran perdedor, con una caída media del -5,4 % en un mes. Este comportamiento encaja con los episodios pasados de rotación defensiva, cuando los inversores reducen exposición a sectores cíclicos y buscan refugio ante señales de enfriamiento económico.
Conclusión: esta divergencia no anticipa un impulso alcista, sino más bien estrés económico o presiones deflacionarias. El camino más probable a corto plazo pasa por mayor volatilidad y una rotación hacia sectores defensivos. En otras palabras, no es un “Goldilocks market”, sino un aviso de que el ciclo podría estar entrando en una fase más frágil.
