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Brett N. Steenbarger, Ph.D. es profesor de psiquiatría y ciencias del comportamiento en SUNY Upstate Medical University. Compagina su actividad docente con la de entrenador de gestores de hedge funds y traders profesionales. Brett es autor de varios libros sobre psicología enfocada en el trading: The Daily Trading Coach (2009), Trading Psychology 2.0 (2015) y Radical Renewal (2019), entre otros. Su experiencia en los mercados financieros comenzó a finales de la década de 1970.”.
Brett N. Steenbarger, Ph.D. / SUNY Upstate Medical University

 

Un capítulo muy interesante del libro “Well-Being: The Foundations of Hedonic Psychology” comienza con un título sugerente: “Participación en tareas vitales y bienestar: la importancia de formar parte de la vida diaria”. Las autoras, Nancy Cantor y Catherine A. Sanderson, defienden la tesis de que “la participación sostenida en tareas valoradas personal y culturalmente, que cambian a lo largo del curso de vida, mejora el bienestar”.

No todas las actividades de la vida contribuyen al bienestar emocional, señalan las autoras. Más bien, “el bienestar debería aumentar cuando las personas pueden perseguir sus objetivos personales distintivos de formas intrínsecamente valoradas y elegidas de manera autónoma, abordadas a un nivel factible y facilitadas en el contexto de su vida cotidiana”.

El factor clave que identifica esta investigación como contribuyente al bienestar parece ser la actividad con propósito. Cabe destacar que esta actividad con propósito puede estar relacionada con el trabajo, pero no necesariamente. Por ejemplo, escribir una canción, hacer un viaje a un lugar nuevo o entrenar en el gimnasio pueden considerarse actividades de ocio, pero todas están impulsadas por objetivos. Otras actividades podrían estar vinculadas al trabajo, pero no tener un propósito directo (como muchas reuniones programadas en empresas).

El bienestar general de una persona parece estar relacionado con la proporción de tiempo y esfuerzo dedicados a actividades con un propósito definido. Curiosamente, investigaciones citadas por las autoras también sugieren que el bienestar físico mejora con la actividad orientada a objetivos. Esto ayuda a explicar por qué la depresión es tan debilitante: la falta de energía y optimismo dificulta iniciar actividades significativas, lo que a su vez alimenta la pérdida de bienestar. De manera similar, la jubilación puede ser muy desafiante para quienes descubren que la vejez trae consigo una escasez de actividades impulsadas por un propósito.

Las autoras enfatizan que los recursos son esenciales para sostener la participación en tareas que sustentan el bienestar. Estos incluyen recursos monetarios, así como físicos (salud) y sociales. Una fórmula para el éxito emocional parece ser la capacidad de desplegar un conjunto de recursos en la vida hacia actividades consistentemente significativas.

Me gusta la frase del título del artículo: “la importancia de formar parte de la vida diaria”. Los traders exitosos que he conocido sin duda participan activamente en la vida diaria y, de hecho, se involucran en actividades con objetivos más allá del trading. Esto ayuda a mantener un alto nivel de bienestar que proporciona energía y optimismo a lo largo de su carrera. Cuando el trading es una obsesión exclusiva para un trader —una pobreza existencial y emocional frecuentemente justificada por la frase vacía “pasión”— es muy común encontrar falta de energía y optimismo, especialmente durante periodos de pérdidas, estancamiento o baja rentabilidad.

Hay mucho que decir sobre relajarse, desconectar, ser un “couch potato” y descansar. Sin embargo, si las autoras tienen razón, esto puede ser necesario para una vida equilibrada, pero no es suficiente. La presencia y la persecución de objetivos —elegidos personalmente, desafiantes pero alcanzables, y que evolucionan a lo largo de la vida— son los que recargan nuestras baterías emocionales. No basta con minimizar el estrés y el malestar: niveles altos de bienestar facilitan el aprendizaje, la memoria, la concentración y, en última instancia, el rendimiento.